Cerro del Castillo.
Este cerro destaca del entorno por tratarse de una elevación aislada, empinada y poblada de encinas que crecen entre el roquedo. Pero, aparte de este privilegiado emplazamiento, es un yacimiento singular, poblado por gentes de la prehistoria, de la Edad del Bronce, que aprovecharon las oquedades para construir pequeños refugios protegidos de las inclemencias y con buena visibilidad del entorno.
La principal excavación arqueológica la llevó a cabo Blázquez en el año 1986. Dedujo que el hábitat de este lugar estuvo formado por una serie de cabañas localizadas en la base y laderas del cerro excepto en su cara norte, la más escarpada. En sus muros perimetrales utilizarían los afloramientos rocosos.
Los materiales encontrados en las diferentes excavaciones se encuentran almacenados en el Museo Arqueológico, Museo Municipal y en el Museo de Antropología, Etnología y Prehistoria de Madrid.